Siempre acabamos al lado del mar, y si no está nos lo inventamos. Pero la mayoría de las veces está, nos llama, y terminamos irremediablemente a su lado. El mar (o la mar como lo llamamos en el norte) es espía en nuestras conversaciones y cómplice de nuestros proyectos, ya sea en el Cantábrico o en el mismo Atlántico. Pero en esta Lisboa que tanto huele a sal faltaba el tercer miembro de nuestro selecto grupo: ahí estábamos, la mar y yo, lamentándonos y echándole de menos.
Sin embargo, y como dice mi sabia madre, todo en la vida tiene solución menos la muerte. Así que, arriesgando su vida al subir a un avión de Easyjet, el tercer miembro aterrizó sano y salvo en el aeropuerto lisboeta para pasar lo que han sido unos días "inesquecíveis" tejidos de largos paseos, pasteles de nata, tranvías ruidosos y tiempo inestable.
Siempre será el mar, pero sobre todo, siempre seremos nosotros. El finde: incrível.
ResponderEliminarGracias al mar, gracias a esa cosa bonita que escribe el blog, gracias Lisboa.
Fdo: Él.