jueves, 13 de enero de 2011

ENSAIO SOBRE A MEDIOCRIDADE

Me gustaría ver a Saramago (es una pena que ya no respire) escribiendo sobre el tema que da título a esta ¿reflexión?. Primero la ceguera, luego la lucidez y al final del túnel, entre cortinas roídas, la mediocridad. Sería otro éxito.

Porque en este mundo en el que destacar sobre los demás se convierte en una necesidad casi vital, en el que necesitamos saber que somos mejores, que podemos aportar algo y que aún nos quedan (ojo, sólo a nosotros) cosas por inventar, la mediocridad está más presente que nunca.

Somos mediocres, sois mediocres, lo siento, es así. Y somos mediocres precisamente por intentar no serlo. Porque ser mediocre es muy fácil, la sociedad nos construye y nosotros nos lo creemos.

Hasta ahora sólo he conocido a una persona no mediocre. No ha hecho ninguna exposición, ni publicado ningún artículo en una revista especializada, tampoco da clases aunque imparte sus enseñanzas a unos pocos privilegiados. Piensa, lee, pero no da la vara, ¿y sabéis qué? tiene las manos rajadas de construir muros.

martes, 11 de enero de 2011

Extraña y cálida noche

Presenciar un robo por las callejuelas de Alfama, no poder hacer nada, que el perjudicado sea amigo de un amigo, invitarle a cacahuetes y coca cola, acompañarle a hablar con la policía y acabar escuchando a un viejo profesor de guitarra alemán, concretamente de la selva negra, interpretando el Concierto de Aranjuez a cambio de unas monedas, almendras y tabaco en el mirador de Santa Lucía. Esa ha sido esta noche. Extraña y cálida noche.


jueves, 6 de enero de 2011

Dia de reyes

Llueve en las ventanas, antes el cielo estaba morado y ahora, aunque es de noche, se ha tintado de naranja. Contaminación lumínica que se llama... Me debo haber portado mal durante el año para tener este día de reyes, el primero que paso fuera de casa, también el primero en el que la tarde no termina en juegos de mesa, y el primero en el que no tomo roscón.

A cambio de eso me he visto dos capítulos de Mad Men, una peli bastante mierda, he estudiado y he cocinado un arroz frito para morirse.

Tengo ganas de que llegue ya la delincuencia ( y con la delincuencia me refiero a Andrea, Jairo, Wendy, Cris, etc, etc, etc) para volver a colarnos en fiestas de jubilados na casa do Alentejo